domingo, 3 de febrero de 2008

Estamos solos en el universo que es este mundo

No estamos solos. Allí donde vamos, diariamente nos acompañan multitud de seres. Nos siguen a todos lados y, sin que seamos conscientes de ello, conviven con nosotros. No podemos librarnos de su presencia. Comparten nuestra vida y nuestra intimidad. Son millones y su aspecto es muy diferente al nuestro. Pero no son seres de otro planeta.

En realidad no podriamos vivir sin ellos. Una patulea de entes microscópicos pululan por nuestro cuerpo y se aprovechan de él, aunque no de forma gratuita. Una colonia ingente y variada de microorganismos colonizan diferentes partes de la anatomía humana, a cambio de aportarnos beneficios variados.

Entre la flora habitual microbiana se encuentran algunos hongos y protistas, pero el grueso de la colonia lo forman bacterias de diferentes tipos. Ellas obtienen de su hospedador un aporte continuo de nutrientes y un ambiente estable donde vivir, con unos valores constantes de temperatura, protección y transporte. Nosotros obtenemos ciertos beneficios nutricionales, la estimulación del sistema inmunitario y una protección al impedir la colonización por otros posibles microorganismos patógenos (esta es una explicación de los transtornos digestivos típicos de los viajeros que se trasladan a países donde la alimentación es muy diferente a la habitual, lo cual puede provocar la muerte de la flora intestinal habitual y la colonización de otras bacterias responsables de esos transtornos).

La gran mayoría de estos microbios habita en nuestro tubo digestivo, especialmente en la última porción del intestino, donde sintetizan algunos aminoácidos y vitaminas y procesan algunos componentes de los alimentos que, si no fuera así, resultarían indigeribles. En el estómago, sin embargo, a causa de la elevada ácidez de los jugos gástricos, muy pocas bacterias pueden vivir.

Esto rompe, por tanto, la imagen negativa que tienen las bacterias: no todas ellas son "malas", ni producen enfermedades; y además nos recuerda que, hasta para nuestras cosas más íntimas, necesitamos de los demás seres que pueblan este planeta.

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